jueves, 1 octubre, 2020

Hepatitis C


La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por un virus.  Al igual que con los distintos tipos existentes de hepatitis virales, cuando una persona se infecta con el virus de la hepatitis C puede desarrollar una infección aguda que varía en gravedad: desde una enfermedad muy leve, con pocos o ningún síntoma, hasta una afección grave que requiere hospitalización.

¿Qué es la hepatitis C aguda?

Es una enfermedad que ocurre dentro de los 6 meses posteriores a que la persona quedó expuesta al virus.

¿Qué es la hepatitis C crónica?

Es una enfermedad que ocurre cuando el virus permanece en el cuerpo de la persona luego del cuadro de hepatitis C aguda. Actualmente, el promedio es: 8 de cada 10 personas que se infectan por el virus de la hepatitis C desarrollan una infección crónica o permanente.

¿Cómo se transmite?

Se transmite a través de la sangre al compartir agujas, jeringas o elementos cortopunzantes con personas infectadas.

También por vía sexual (vaginal, oral o anal) y menos frecuentemente, de madre a hijo en el embarazo (probablemente durante el parto).

¿Cuáles son los síntomas?

  • Los síntomas, tanto de la hepatitis C aguda como de la crónica, pueden incluir:
  • Cansancio, astenia (fatiga)
  • Náuseas o vómitos
  • Fiebre y escalofríos
  • Orina de color oscuro
  • Materia fecal de color más claro
  • Ojos y piel amarillos (ictericia)
  • Dolor del lado derecho del abdomen superior que puede irradiarse a la espalda
  • Problemas de coagulación de la sangre
  • Sangrado digestivo (vómitos de sangre o materia fecal negra)
  • Distensión abdominal con líquido dentro del abdomen (ascitis)

Los síntomas de la hepatitis C crónica pueden tardar hasta 30 años en manifestarse. El daño al hígado puede ocurrir de manera silenciosa durante este tiempo. Las personas pueden estar infectadas por la hepatitis C y no manifestar síntomas y en muchos casos desconocer que son portadoras del virus.

¿Cómo podés prevenirla?

  • Evitá compartir agujas o elementos cortopunzantes.
  • Usá preservativo desde el principio en todas tus relaciones sexuales (anales, orales y vaginales).
  • Exigí el uso de materiales esterilizados si vas a hacerte un tatuaje o piercing, en la manicura o pedicuro, o ante cualquier procedimiento médico invasivo.